Jiménez de Jamuz ha sido y es el núcleo alfarero más importante en la Provincia de León. Como Centro Alfarero no se conoce exactamente cuándo se inicia la actividad en Jiménez. Se apunta, pero sin ninguna clase de constatación ni certeza histórica, que gentes morisca, antes de su expulsión en 1610 por orden de Felipe III, habrían podido dejar en estas tierras las primeras muestras del oficio del Alfarero.
En el Testamento de Francisco Pérez, vecino de La Bañeza, en el año 1.689 se lee: “Que poseía dos botijones de barro de Jiménez”.
Por otro lado, la única documentación que concreta la presencia de alfareros en Jiménez es la correspondiente al Catastro de Ensenada. Data de mediados del siglo XVIII – año 1752-, y en el mismo se describe que en Jiménez de Jamuz había cuarenta y dos alfareros.
En el siglo XIX, se habla de la industria alfarera de Jiménez de Jamuz en dos obras fundamentales: en el Diccionario Geográfico de Miñano (1825) y en el de Madoz (1847). En esta época se surtía a toda la comarca, hasta la ciudad de León, de los cacharros de barro de este centro alfarero.
Según la información que proporciona el Cronista Oficial de Santa Elena de Jamuz, D. Porfirio Gordón, a principios del siglo XX había en Jiménez de Jamuz unos 200 alfares.
En la actualidad son cuatro las alfarerías vivas establecidas en la localidad:
D. VICENTE MURCIEGO PEÑÍN
ALFARERÍA ESTEBAN Y MARÍA TERESA
la catedral del barro alfarería y cerámica valentín peñín
Además de los expuestos centros alfareros, donde los visitantes pueden visitarlos y adquirir las variadas piezas que elaboran, en el pueblo también se dispone de un Museo Alfar, abierto a los turistas y donde se oficia siguiendo las pautas tradicionales.